Diario de aprendizaje INAP: Sobre el cannabis recreativo.

 Hola a todos,

Me llamo Cristina Guijarro y soy neuróloga e inspectora médica, actualmente en el Ministerio de Sanidad.

Espero aprender mucho en este curso, porque para mi, la RRSS Twitter/X es una forma, no sólo de aprendizaje y de pertenencia a una comunidad, sino también una forma de actualización muy necesaria.

Estuve como médico en primera línea en la pandemia, y allí aprendimos sobre algo desconocido (Covid19), muchas veces a través de Twitter. También pudimos contribuir a enseñar a la población sobre autocuidados y otros aspectos y, sobre todo, nos sentimos parte de una comunidad que se enfrentaba al miedo no en solitario. 

Por eso estoy en este curso. Porque le estoy muy agradecida a este aspecto de las RRSS.

Como primera actividad del Diario de Aprendizaje, quiero aportar mi reflexión sobre la consulta pública de la posible legalización del cannabis recreativo.

"Ayer autorizaron en Alemania el uso recreativo del cannabis para mayores de 18 años, y creo que hay confusión en el tema, por lo que voy a intentar dar una visión desde el punto de vista médico, para intentar aclarar ciertos conceptos. 

Hay que diferenciar el uso terapéutico y el recreativo del cannabis y dejar claro que su consumo fumado no está exento de problemas médicos. En 2019, se publicó una revisión sistemática de 6 estudios en humanos y 13 estudios de ciencias básicas en la que la inhalación de cannabis se asoció con daño en las cuerdas vocales, síntomas respiratorios y cambios negativos en la función pulmonar, atribuibles a los subproductos de degradación generados durante la exposición al humo, especialmente en grandes dosis. El cese del consumo de cannabis o el cambio a métodos de vaporización se asoció con una mejora de los síntomas respiratorios y cambios en la función pulmonar. Esto nos lleva al debate de que el tabaco y el alcohol son legales, y está demostrado que son nocivos para la salud, y aquí es donde debería recaer la información al usuario, por parte de las autoridades sanitarias: los efectos sobre la salud del cannabis recreativo.

Los efectos psicoactivos del cannabis provienen fundamentalmente, del Δ-9-tetrahidrocannabinol (THC), cuya concentración no suele superar el 15% y cuyo consumo crónico conlleva un riesgo para la salud. Regular su uso, al igual que ya existe con el tabaco y el alcohol, debe hacerse sin la interferencia de su posible uso terapéutico.

El otro cannabinoide más conocido es el cannabidiol (CBD) que tiene un uso médico aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, en forma de solución oral de CBD de origen vegetal denominado Epidyolex, para tratar las convulsiones asociadas con los síndromes de Lennox-Gastaut o Dravet.

He conocido los beneficios del delta-9-tetrahidrocannabinol/cannabidiol inhalado en la espasticidad y el dolor en pacientes con Esclerosis Múltiple, y un estudio de 72 revisiones sistemáticas sobre el uso terapéutico del cannabis no deja claro su beneficio por la inconsistencia de los hallazgos en ansiedad, insomnio y dolor.

Varios estudios demuestran que el THC puede ser el principal culpable de causar psicosis y esquizofrenia en la población de riesgo y un metanálisis ha demostrado que las personas de riesgo elevado de psicosis tienen altas tasas de consumo de cannabis y los consumidores de cannabis tenían síntomas positivos más graves, por lo que abordar el consumo de sustancias puede tener beneficios significativos, para el resultado a largo plazo de la población en riesgo. La encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (ESTUDES), 1994-2023, del Ministerio de Sanidad señala que las drogas con mayor prevalencia de consumo en los últimos 12 meses son el alcohol (73,6%), el tabaco (27,7%), el cannabis (21,8%) y los hipnosedantes con o sin receta médica (14,8%). En comparación con los resultados de 2021, el consumo de alcohol e hipnosedantes con o sin receta se han incrementado y, sin embargo, el consumo de tabaco y cannabis han disminuido. Las edades de inicio de consumo de las drogas más consumidas se mantienen estables. La edad media de inicio del consumo de alcohol se sitúa en los 13,9 años, seguida del tabaco y los hipnosedantes (14,1 años) y el inicio del consumo de cannabis es el más tardío, siendo a los 14,9 años. Cabe destacar el descenso de la edad de inicio de consumo de la heroína (14,7 años en 2021 y 14,1 años en 2023), alucinógenos (15,6 años en 2021 y 15,1 años en 2023) y setas mágicas (15,5 años en 2021 a 15 años en 2023). En general, las prevalencias de consumo de los estudiantes de Enseñanzas Secundarias con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años se incrementan según lo hace la edad.

Las tasas actuales de consumo de cannabis en adolescentes muestran una tendencia alcista desde 2010 (21,8%) y las tendencias crecientes en el consumo de tabaco y cannabis han pasado a primer plano recientemente, en parte debido a su alta accesibilidad y disponibilidad, y a su baja percepción de riesgo. Tanto el uso experiencial del cannabis, como el regular, alcanzan su punto máximo durante la adolescencia y conducen a consecuencias adversas, como trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.

Por todo lo anterior, desdeñar el riesgo para la salud entre los más jóvenes, debería ser el debate y no refugiarnos en que el tabaco y el alcohol son legales y perjudiciales para la salud".


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